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das Mystische 2.1

A virulência do debate

A virulência do debate

Así, en portugués, suena como un fado. Los cazadores se cobran piezas como extraños juegos de palabras. Abstracción o información privilegiada. Y llueven palmas de oro sobre las cabezas de los nuevos profetas. A provocação, leo entre gramos; aunque en seguida salimos de Lisboa y llegamos a Estoril, a las puertas mismas del Casino, entre panteras, turistas y dioses lusitanos.

A domesticação social do homem. Os preceitos filosóficos que regulam a ética da biotecnologia.

Y yo preocupado.

A las 12’30 horas, como todos los días, salgo del laboratorio o útero laboral para fumar un cigarrillo. Old Holborn, Rolling in Flavour y Smoking de Luxe (un verdadero placer), entre genes domésticos y memes. La pista soleada es un pasillo natural de alteraciones térmicas. Y entonces el escándalo alcanza proporciones wagnerianas.

La inteligencia no vive más que en la apertura a lo que resulta incómodo.

Y más tarde:

En la frase "hay información" hay implicadas otras frases: hay sistemas, hay recuerdos, hay culturas, hay inteligencia artificial. Incluso la oración "hay genes" sólo puede ser entendida como el producto de una situación nueva: muestra la transferencia exitosa del principio de información a la esfera de la naturaleza. Esta ganancia en conceptos que permiten abordar poderosamente la realidad, hace que el interés en figuras de la teoría tradicional tales como la relación sujeto-objeto disminuya. Incluso la constelación de yo y mundo pierde mucho de su prestigio, sin hablar de la gastada polaridad individuo-sociedad. Pero por encima de todo, con las nociones de recuerdos realmente-existentes y de sistemas auto-regulados, caduca la distinción metafísica de naturaleza y cultura: en esta perspectiva, ambos lados de la distinción no pasan de ser estados regionales de la información y su procesamiento. Habrá que armarse de paciencia, sin embargo, ya que la comprensión de estas ideas va a ser particularmente difícil para los intelectuales que han vivido de esta antítesis de cultura y naturaleza, y que se encuentran ocupando ahora una posición reactiva.

El hombre operable.

Para el comentarista portugués, no obstante, Peter Sloterdijk es un filósofo profesional y un humorista eventual.

Y yo preocupado.

Por lo demás, hoy no he participado en nada interesante.

2 comentarios

Enrique -

Celebro tu encuentro, pini. Aunque yo no frecuento a los Alas Tristes de la literatura española (Pérez Reverte, por ejemplo) mentiría si no te dijera que también he disfrutado de lo lindo cuando he tenido enfrente, cara a cara, a algún monstruo de la Letra Herida. En Mayo hará un año que me encontré con uno de ellos, un Catedrático de Ética de la Complutense Madrileña, y sí, en la mismísima Feria del Libro. Creo que hubiera sido más difícil encontrarlo en la Feria de San Isidro, disfrutando de algún lance torero, la Feria de San Isidro, digo, que, aunque Feria como la otra, no es lo mismo. Yo también hubiera querido decirle infinidad de cosas, incluso tenía pensando entregarle un pequeño trabajo sobre caballos, caballos y carreras de caballos que, imaginaba, podía interesarle; pero me quedé callado, apenas si pude articular palabra, y él resultó tan tímido como yo, y los dos nos quedamos muy callados. O casi callados, porque del silencio pasamos a articular pequeños sonidos onomatopéyicos, ¡hum!, ¡ah!, señalando los libros esparcidos por el estante, y la escena al final pues nos quedó como algo cómica. En fin, sólo te diré que el Profesor tuvo la suerte de conocer a Borges en una de las escasas visitas de éste a Madrid; y que estrechó la mano de Borges (lo cuenta en uno de sus libros). Y que cuando yo estreché su mano sólo acerté a decir: ¡Gracias!, ¡Gracias por todo!, y que después he pensado mucho en lo de la mano de Borges y me gusta pensar que, de alguna manera, yo también he estrechado su mano.

¡La mano de Borges!

En fin...

Enrique El Breve, desde el rompeolas.

pini -

yo sí participé de algo interesante.
fui a la feria del libro a escucharlo a Pérez Reverte.
después me compré todos los alas tristes -porque empezar por el último, sin los anteriores, me parecía comer el postre y después la sopa-.
cuando lo tuve cerca, ahi nomás, y me dijo: qué quieres que le escriba - de dedicatoria- me quedé muda.
por favor, pensaba, decile "a pini con cariño", pero me salió "marijó".
ahi está: "a marijo con afecto, arturo"
si supiera que me hizo regresar a españa por un instante, entre el maríjo, acentuado en la i, y la tonada, y los ojos tristes.

de alas tristes ni me preocupo.
en una de esas duerme el sueño eterno en mi biblioteca.
lo único que me arrepiento es no haberle dado un beso como todas, que se le colgaban desesperadas.
y yo, tan monosilábica.
buenos días, la mudita.